De Villena es doctor en Filología
Hispánica por la Universidad de Granada, con una tesis sobre el poeta cordobés
del siglo XVII Luis Carrillo de Sotomayor. Reside en la actualidad en Granada,
donde es profesor de Literatura Española. Ha publicado novelas, varios libros
de crítica literaria y poemarios. Su obra poética nace influida por la belleza
y perfección formal de la poesía de los siglos de Oro ('Pensil de rimas
celestes', 'Soledades III y IV' y 'Damas reales'), para abrirse más tarde a
influencias contemporáneas. Cada uno de sus libros es una aventura distinta,
unidos por el culto a la palabra, el amor al pasado, el gusto por las imágenes
nuevas y por el color, la emoción ante la naturaleza, ante algunas obras del
hombre y, sobre todo, por la búsqueda incesante de lo bello y lo misterioso.
ENTREVISTA A
MODO DE AUTOBIOGRAFÍA
He
aquí las respuestas a una amplia entrevista que me hizo Víctor Corcoba y que no llegó nunca a publicarse puesto que el
periódico para el que iba destinada quebró por aquellas fechas. Muy someramente
daba en estas líneas un resumen de cuanto fue mi vida hasta el año 2003.
Después he viajado por algunos países americanos y por la India y me han
sucedido otras muchas peripecias vitales, pero entonces yo me expresaba en
estos términos:
INFANCIA
Mis
ocho primeros años de vida fueron extremadamente dichosos gracias en parte a
mis dos hermanos y a mis padres y mis tías. José Manuel era el mayor de los
hermanos y ambos sentíamos la pasión por los tebeos. Con Ignacio, el más joven,
compartí el gusto por la aventura en viejas casas deshabitadas. Mi padre es un
hombre bueno que con su ejemplo nos encaminó siempre hacia la honestidad. Mi
madre poseía un carácter inquieto y soñador que tal vez espoleó mis deseos de
hacer algo importante en la vida.
A
partir de los nueve años mi existencia y mi carácter cambiaron. Yo había sido
muy feliz en el colegio de monjas de Cristo Rey, donde se me trataba con
respeto y cariño, pero apenas puse los pies en los Escolapios supe que mi
Arcadia se acabó para siempre. Allí, como la mayor parte de los alumnos, salvo
los chivatos, los hipócritas y los expertos en hacer la pelota, padecí
bofetadas sin cuento, humillaciones y arbitrariedades. Además, en aquel tiempo,
un susto terrible con un hombre que me persiguió por la calle, terminó de
hacerme asustadizo y reconcentrado, y ello frente a la brutalidad de los
compañeros más fuertes y despóticos. Un infierno, en suma, del que hablé en mi
primera obra narrativa: “El desvelo de Ícaro”.
ADOLESCENCIA
Mi
adolescencia fue una liberación. En España se percibían brisas de cambio y los
curas escolapios, hipócritamente, comenzaron a plegarse a las nuevas
circunstancias. Ya no pegaban bofetadas; habían empezado a escorarse hacia la
izquierda. En ese momento, en torno a los catorce o quince años, conocí a mis
primeros amigos de verdad: José Antonio López Nebot, que es también escritor,
Alejandro Roldán, Fernando Castellón, Felipe Burgos, Evaristo Díaz Cabrera…
También en ese instante se me abrió el mundo femenino. Y dejé de ser timorato y
me convertí en audaz y seguro de mí mismo al comprobar que ellas me valoraban.
Los
dos últimos cursos de mis estudios medios los realicé en el colegio del
sacromonte y ello supuso un nuevo deslumbramiento: de esos días nace mi amor
por el pasado, por la Historia, y también por la Naturaleza. En aquel momento,
en aquella soberbia abadía, supe por vez primera que yo sería escritor y de
entonces datan mis balbuceos literarios. En
este periodo y también en mi infancia y todavía hoy, los veranos en Almuñécar
representaban y representan el paraíso.
UNIVERSIDAD
Mi
paso por la universidad supuso una pérdida de tiempo, como el de la mayoría de
los estudiantes españoles. Conseguí mis títulos y poco más. Algunos nuevos
amigos como Ricardo Proupín o Francisco Morales Lomas… Algún que otro profesor
digno como Emilio Orozco, Antonio Gallego Morell o Nicolás Marín… Cada vez más
me interesa la literatura del siglo de Oro y comienzo a tratar con otros
escritores como Antonio Enrique o José Lupiáñez que en seguida se convertirán en
amigos míos inseparables.
DOCENCIA
Nunca
me ha entusiasmado la docencia. Quisiera estar siempre aprendiendo. Pero en
España es muy difícil vivir de la escritura. He tratado siempre de realizar mi
trabajo con toda dignidad y en mis inicios como profesor hasta tenía cierta
ilusión. La nefasta LOGSE acabó con todo. Nuestros jóvenes de hoy están
completamente manipulados por el capital, narcotizados por las indigestas y
violentas películas que nos imponen los EEUU. Me parece muy difícil luchar
contra el mundo de la imagen para imponer el de la palabra. Ya apenas se lee.
La competencia de las televisiones y los ordenadores resulta demasiado fuerte.
Y para colmo, las editoriales poderosas han convertido, en connivencia con el
CESID, todo el mundo cultural español en una gran mentira: falsos valores,
“best sellers” hueros de cualquier pensamiento, etc. Todo ello aleja cada vez
más a los posibles lectores. La gente se cansa de tanto fraude.
ESCRITURA
Escribir
para mí supone una necesidad: se trata de ofrecer mi visión única del mundo.
Cada cual posee una visión única, sin embargo son muy pocos los que se paran a
pensarlo. La autobiografía de cualquier persona merece nuestro respeto y
nuestro interés.
Escribo
también persiguiendo un eco de la belleza que nos rodea y nos huye, efímera
siempre. Y también en pos de una luz en el misterio que de continuo palpamos
sin ser conscientes de ello.
AUTOBIOGRAFÍA
Quien
desee saber más de mí puede buscarme en mis libros autobiográficos “El desvelo
de Ícaro”, “Atlántida interior” y “La primavera de los difuntos” . Cada uno de
ellos se corresponde con una etapa de la existencia. Al presente trabajo sobre
el cuarto y último volumen que se titulará “Hiemal” pues considero que ya piso
mi propio invierno.
GRANADA
Con
Granada he mantenido siempre una relación muy especial de amor-odio. Es una
ciudad maravillosa, como Florencia o Toledo, pero los
granadinos somos terriblemente destructivos; no respetamos nada. Si en
cualquier otra ciudad histórica se hubiesen cometido la mitad de las tropelías
que aquí, al punto se pondría el grito en el cielo. Pero los granadinos con
demasiado autocomplacientes. Les gusta “lo de toda la vida”. En esta ciudad no
existe una crítica profunda sobre nada. La Universidad es cualquier cosa menos
universal. Mientras que ciudades mucho más pequeñas como Melilla o Córdoba
cuentan con tres periódicos, aquí tenemos sólo uno. Toda disidencia está pues,
llamada al silenciamiento. Y los verdaderos gobernantes de Granada son dos o
tres constructores a los que la belleza les importa un rábano. Luego, eso sí,
sobre cualquier tontería se polemiza durante años. El caso del “Rey Chico”, el
del “Caballo” del ayuntamiento o el de “La Toma” son auténticas cortinas de
humo para evitar polémicas mucho más profundas. Ésta, que debía ser una ciudad
para el arte, se ha convertido en un paraíso para los especuladores, las monjas
bachilleras y una monolítica burguesía carcunda (pese a cierto barniz
progresista) que se perpetúa en los despachos de la administración y en el
claustro universitario. Y así desde el siglo XVI.
Yo
sobrevivo en esta ciudad gracias a amigos como Ángel Moyano, Gregorio Morales,
Enrique Morón o Juan J. León. Nuestra tertulia de los miércoles oxigena la vida
cultural de una Granada que hasta hace muy poco atufaba a dictadura de
pseudoizquierda.
FAMILIA
Mi
familia, mis hijos y mi esposa, representan lo mejor de mi propia vida. Algo
que merece la pena todavía más que la Literatura. A ellos he dedicado gran
parte de mi obra y en especial ese poemario titulado “Vos o la muerte”.
Hoy
que tan desprestigiados están los valores familiares, yo lucho cada día por
mantener unida y feliz nuestra familia. ¡Debo tanto a la paciencia y al
constante estímulo de María Teresa…! ¡Disfruto tanto cada día cuando a mis
hijos, Fernando y María Teresa, me cuentan sus cosas…!
VIAJES
Mi
otra pasión es el viaje, aunque cada vez resulte más incómodo desplazarse, ya
que el viajar se ha convertido en algo casi rutinario para las masas. De todas
formas, me parece algo muy positivo. La Humanidad mejorará gracias al viaje.
Con
mi familia he recorrido numerosos puntos de Europa. También conozco algo de
África y sueño con tener algún dinero para cruzar el Atlántico hacia la América
Latina o ir hacia la India y China y qué se yo… Soy un vitalista y jamás me
faltan las ilusiones.
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